Se trata de Matías Escobar, Nicolás Conde, Luis López, Tomás Burroni y Matías Penida, quienes fueron supervisados por el ingeniero Claus Rosito, docente del Instituto Colomb (CONAE/UNSAM), y liderados por Camila Mucanna, ayudante del Instituto y estudiante de la Ingeniería Espacial de la UNSAM.

El satélite presentado por el equipo tiene una parte externa de aluminio formada por tres placas: la primera contiene la comunicación que integra un módulo conectado a la antena y es la que ayuda al envío de la información; la segunda —la más importante— aloja el microcontrolador, algo así como el cerebro del satélite, encargado de recibir la información de los sensores; y la tercera incluye las baterías y el sistema de control térmico.

El modelo aprobó cinco de las seis pruebas a las que se presentó obteniendo el tercer puesto entre 11 equipos participantes de la categoría. El primer puesto fue para La Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP) y el segundo para la Universidad de São Paulo (USP).

Los satélites en competencia fueron sometidos a ensayos de calificación —ciclado térmico y ensayo de vibración en shaker, entre otros— similares a los implementados para calibrar satélites espacializables.

El satélite UNSAM fue fruto de la colaboración de la Universidad con otras áreas y organismos como la CONAE —revisiones y asesoría—, el Departamento de Energía Solar de la CNEA —paneles solares y sensores de sol—, Testa Brava —mecanizado de la estructura— y la Fundación Argentina de Nanotecnología —ensayos estructurales—.