Con la presencia de un nutrido grupo de sindicatos se realizó el primer encuentro del año para reflexionar sobre la evolución de la coyuntura laboral en la Argentina. Se presentaron los resultados de la última medición del Monitor Sociolaboral y un análisis sectorial de la evolución del costo laboral unitario.
El lunes 21 de mayo se realizó en la sede de la Federación de Trabajadores Pasteleros la primera reunión del año de repaso y reflexión sobre la evolución de la coyuntura sociolaboral argentina. El encuentro contó con la presencia de un conjunto importante de sindicatos (UOM, SOEA, SATSAID, ATE Capital, La Bancaria, UOLRA, PECIFA, ADUBA, UPACP, APUNSAM, entre otros) y del equipo de trabajo del CETyD.
Las exposiciones estuvieron a cargo de Diego Schleser, Ignacio Ramírez y Carlos Tomada. La primera parte del encuentro estuvo dedicada al análisis de los datos sobre el costo laboral; en particular, el costo laboral unitario sectorial.
De acuerdo con los datos oficiales, entre 2015 y 2017 el costo laboral unitario se redujo un 3 % para el conjunto de la economía como consecuencia de un menor incremento de los salarios en relación con los precios determinados por las empresas. La contracción del costo laboral unitario no se debió a un aumento de la productividad laboral (que se mantuvo sin cambios en relación a 2015), sino a una reducción del salario real. Esto implicó un aumento de las ganancias empresarias por unidad de producto en detrimento del poder adquisitivo de los trabajadores.
La reducción del costo laboral unitario para el conjunto de la economía encubre heterogeneidades muy marcadas entre los distintos sectores de actividad, lo que ha configurado un nuevo esquema de “ganadores” y “perdedores”. Los sectores ganadores corresponden, fundamentalmente, al sector primario (incluyendo la minería), especialmente beneficiado por la quita de retenciones a las exportaciones, y la intermediación financiera, favorecida por la desregulación del sector y por la política de tasas de interés elevadas aplicada por el Banco Central. Los sectores perdedores, en cambio, corresponden al entramado industrial que se vio perjudicado por el efecto combinado de la retracción del consumo con la apertura de las importaciones que, al deprimir la actividad, colocaron un límite muy claro al aumento de precios de sus bienes y servicio (ver Boletín de Coyuntura Sociolaboral).
La segunda exposición resumió los principales resultados de la última medición del Monitor Socio Laboral (ver Monitor Sociolaboral de Opinión Pública) correspondiente al mes de marzo de 2018. Durante el mes de marzo del corriente año se observaron cambios significativos en la percepción de la opinión pública sobre el entorno de las relaciones laborales. En particular, se notó un incremento de la incertidumbre y la fragilidad. El Índice de Incertidumbre Laboral mostró un incremento significativo del miedo a perder el empleo. Esta preocupación es particularmente relevante en el caso de los jóvenes.
Por último, se realizó un repaso del clima político desde fines de 2017. En el marco de un empeoramiento de las principales variables económicas (crecimiento e inflación), lo que tendrá un impacto significativo en los indicadores del mercado de trabajo, a futuro se espera un aumento en el nivel de conflictividad laboral y social.
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