“Yo sé que con lo que digo y hago me genero bastantes antipatías. Pero simplemente estoy planteando cómo entiendo la realidad artística. No tengo  ni idea lo que es hacer una obra para el circuito comercial. Nunca lo hice y jamás lo haré”, sostiene este hombre que arrancó como titiritero del Teatro San Martín y desde un lenguaje que históricamente fue considerado un arte menor, construyó una carrera desde la periferia con la que recorrió el mundo.

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