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“Las armas”, un libro con relatos nacidos tras las rejas

Fruto del trabajo del Taller de Teatro del Centro Universitario San Martín (CUSAM), el libro está compuesto por monólogos en primera persona, que narran historias de detenidos y guardiacárceles con las armas.

Editado en 2013 por Editorial Libretto, Las armas surgió de un ejercicio realizado en 2012 en el Taller de teatro del CUSAM, dictado por el dramaturgo Marcos Perernau. Los relatos son de internos y de dos guardiacárceles de la Unidad Penitenciara 48 de José León Suárez, donde funciona el centro universitario de la UNSAM.

Se trata de un proyecto único, por sus voces, originalidad y sentido didáctico: la consigna fue escribir monólogos de armas en primera persona, donde se narrara el encuentro entre el arma y su portador, una aventura compartida y el desenlace de la relación.

Según el prólogo, el encuentro de estas voces vino a repetir la forma de duelo que está en el origen de la literatura argentina, desde el Martín Fierro de José Hernández al Santos Vega de Hilario Ascasubi: “Proponer el arma como lugar de enunciación habilitó el descubrimiento de voces y escrituras excepcio­nales. Se trata de textos que trascienden las fronteras de los géneros y las disciplinas, de los odios y prejuicios compar­tidos, los silencios, miedos y alambrados;  realizando así la transformación de un duelo sin palabras, en un diálogo épico-poético fundado en la destreza de la mano para el manejo de las palabras y su música.”

Algunos fragmentos

“Yo no entendía nada, sólo me daba cuenta que él me llevaba para todos lados, y me cuidaba mucho. Al día siguiente, era muy temprano y él me llevó en su cintura. Entrando a un supermercado donde había mucha gente, él me sacó y mostrándome a toda esa gente, me di cuenta que les daba miedo mi presencia. Él se llevó toda la plata, me puso en una mochila y nos fuimos de nuevo.”

(“La Bersa”, por Leandro Maidana)

“Estoy ahora en su grande mano. La zurda por excelencia. Mi gatillo aprieta y cualquier objetivo mi bala siempre llega. Pega y nunca erra. ¿Será puntería, será suerte? ¿Será el espíritu de mi dueño que muy jugado está y decide a todos lados llevarme consigo? Hoy recuerdo las infinitas explosiones de mi caño. Hoy recuerdo los seguidos y repetidos cambios de cargadores que tuve que pasar. Ya aceitada por dentro y ligera por demás…”

(“La reflexiva”, por Johnatan Arguello Islas)

“Los que me tienen, ahora están zafando. Me suben a un auto entre nervios y emociones. Me han contado cómo lucía y cómo sonaba. Estaban asombrados. Gracias a mí zafaron. Me tiran arriba de la mesa. Veo al lado mío a una señora Pistola muy bella. Dos más que se suman: un señor Recorte y una morocha flamante 1270, llamada Negra. La más bella. Por fin una buena, dije. Ya no voy a estar tan solo, dije.”

(“El Don”, por Matías Delgado Billardo)

 

Nota actualizada el 22 de mayo de 2014

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