El taller de periodismo anfibio Adentro, al borde o afuera: Crónicas de la diversidad juvenil en América Latina tuvo una primera jornada intensa en presentaciones, pero también en debate y trabajo. Organizado por la Universidad Nacional de San Martín y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, se realizó en el Campus Miguelete del 6 al 10 de junio dirigido por el periodista y escritor estadounidense-guatemalteco Francisco Goldman y la antropóloga mexicana Rossana Reguillo.

La cita fue en el auditorio de Lectura Mundi y el encargado de abrir el encuentro, poco después de las 9.30, fue el colombiano Ricardo Corredor, director ejecutivo de la FNPI: “Creemos que el diálogo entre el periodismo y la academia no sólo es necesario, sino que es complementario por naturaleza. Infelizmente, tenemos la percepción de que no es un diálogo fluido en América Latina y tuvimos la suerte de compartir este interés con la UNSAM, que es la que nos permite estar hoy acá con periodistas de distintos países y dos referentes del periodismo y la academia como Rossana y Paco Goldman”, dijo.

Luego Mario Greco, director de Lectura Mundi -el Programa dentro del que se desarrolla el taller-, dio la bienvenida a los quince talleristas que llegaron desde Córdoba, Buenos Aires, Perú, Brasil, Ecuador, México, Colombia, Costa Rica y Venezuela. “Es un honor que este gran escritor y esta gran investigadora nos visiten y sean parte de este gran proyecto que venimos imaginando, y trabajando, desde hace más de un año y que hace un mes está materializado en la revista digital Anfibia”.

Pronto comenzó la presentación de los cronistas seleccionados y de los temas elegidos para trabajar durante cinco días: el fenómeno de las murgas en la Argentina, las consecuencias del vacío legal alrededor de la producción y el consumo de marihuana en Perú, las expresiones alternativas de género durante la adolescencia, los skaters y las pandillas en el sur de Barranquilla son sólo algunos de los que aportaron los talleristas. De los textos producidos varios serán seleccionados para publicarlos en Anfibia.

Por último Goldman y Reguillo hicieron sus propias presentaciones y se entrevistaron mutuamente. “Yo soy uno de los que tampoco estudió periodismo nunca. Entré en este oficio por puro azar, cuando recién salido de la universidad un editor de Esquire me compró dos cuentos y me invitaron a escribir no ficción. Ese fue el gran cruce de caminos de mi vida”, contó Goldman. Y Reguillo, sin decirlo directamente, se definió como una anfibia: “No soy una académica pura, sino una especie de habitante incómoda de ciertos espacios. Porque creo que el pensamiento crítico y la teoría tienen que servir para transformar las cosas y que cuando uno hace investigación tiene que ensuciarse. Creo profundamente en la articulación de los saberes, en la eficacia teórica y la solvencia empírica, es decir, el trabajo etnográfico, algo que todo buen periodista también debe hacer: estar ahí”.