Escuela de Política y Gobierno, politica2

Despedida a María Matilde Ollier en “El País Digital”

Columna de opinión de Mariano Fraschini. “La noticia de su muerte impacta de lleno en quienes nos consideramos una suerte de herederos de su forma de entender la dinámica política sudamericana”, expresó el politólogo.

La noticia de su muerte impacta de lleno en quienes nos consideramos una suerte de herederos de su forma de entender la dinámica política sudamericana. Aquí quedamos, huérfanos de su palabra, de sus comentarios, de sus opiniones, pero llenos de conocimientos, miradas y observaciones que su legado brinda para quien quiera absolverlo.  Se nos fue María Matilde Ollier, pero quedan sus escritos, sus aportes originales y sus observaciones políticas agudas por su singular forma de elaborarlas y presentarlas.

Su obra se destaca por su originalidad y por la ausencia de ataduras axiológica valorativa, muy propia de los análisis e investigaciones de la ciencia política local. María Matilde resultó, en ese sentido, una lectora sagaz, comprometida y curiosa de los procesos históricos que se desarrollan en nuestras latitudes. Siempre con el campo mental abierto elaboró nuevos marcos teóricos para analizar la realidad sudamericana, una de sus pasiones. Y para ello se nutrió de lecturas y miradas novedosas, siempre abiertas a nuevas interpretaciones.

A pesar de tener una visión crítica de los nuevos liderazgos políticos del continente del giro a la izquierda no dudó en analizarlos en profundidad, sin retacear con ello los momentos más auspiciosos de su ejercicio del poder.  Una mirada singular, muy poco común en la disciplina (siempre muy apurada para caracterizar negativamente a los fenómenos que no entran en el cuadrante común de los manuales), resulta ser el aporte más importante de Ollier en lo académico. Siempre repetía “antes de valorar, primero analizar”, consejo que deberían escuchar más de uno y una que hoy salen a hablar de su figura livianamente. Su apertura erudita a lo nuevo, sin prejuicios y sin vacilaciones es, para mí, una de las mayores enseñanzas de esta brillante intelectual argentina.

Dentro del campo académico María Matilde no sólo fue durante años Decana de la Escuela de Política y Gobierno de la UNSAM, sino también fue una docente e investigadora muy perspicaz. Haber trabajado al lado de ella me hizo conocer una persona, además de original en el espacio de las ideas, muy cálida y generosa con sus alumnos a los que solía tutoriar en sus investigaciones. Recuerdo una vez haberle enviado un mensaje contándole las dificultades que tenía para “cerrar” mi tesis doctoral esperando que tal vez y con suerte me contestase al otro día ya que se encontraba en el exterior presentando una de sus investigaciones.  Grata fue mi sorpresa cuando a los 10 minutos recibí un extenso mail en donde reafirmaba lo importante de darle continuidad a mis indagaciones, y que “no me altere” frente a la posibilidad inminente del final. Lo recuerdo muy bien, porque imprimí el mail y lo llevé en mi agenda hasta el día de mi defensa.

En esta última década María Matilde fue una persona muy importante en mi vida académica. A pesar de no conocerla desde su lado más profundo, fue una persona clave en mi profesión. Siempre lo he repetido, “un antes y un después de Ollier”. Además de ser jurado de mi tesis de maestría y tutora, como señalé, de mi tesis doctoral, María Matilde fue ante todo, una gran consejera. Una persona abierta a la escucha y a la mirada distinta, que no dudaba en abrirse a nuevos interrogantes de forma apasionada. Una gran enseñanza para todo aquel o aquella que quiera mejorar (y abrir) su conocimiento académico e intelectual.  Te vamos a extrañar mucho María Matilde.

 

Por Mariano Fraschini, en El País Digital.

Ver la nota aquí.

 

 

Nota actualizada el 26 de noviembre de 2021

No están permitidos los comentarios.