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Criptomonedas: Una entrevista con el economista de la UNSAM Sebastián Valdecantos

En el contexto de los récords alcanzados por Bitcoin en lo que va de 2021, entrevistamos a uno de los investigadores y docentes de la Escuela IDAES que más saben sobre criptomonedas. En esta nota explica qué son, qué potencialidad tienen, por qué son furor y cuál es su presencia en la Argentina.

Por Alejandro Zamponi

Sebastián Valdecantos es licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y doctor en Economía por la Université Sorbonne Paris Cité (USPC). Actualmente se desempeña como investigador de la Escuela IDAES de la UNSAM, donde está realizando un posdoctorado. Especializado en macroeconomía, además es una de las personas que más sabe sobre criptomonedas en la UNSAM. En esta entrevista habla sobre cómo la irrupción de Bitcoin y la tecnología blockchain resolvieron dos obstáculos para el desarrollo de monedas complementarias a las estatales (un algoritmo garantiza las reglas de juego y esas reglas no se pueden falsificar). Además, aclara que es más pertinente hablar de criptoactivos que de criptomonedas. Efectivamente considera que Bitcoin, Etherium y las cinco mil criptomonedas que existen son activos financieros muy inestables, que no cumplen acabadamente con la función de toda moneda fuerte: ser medio de intercambio, unidad de medida, y reserva de valor.

¿Qué son las criptomonedas?

La tecnología blockchain, las criptomonedas y todo el lenguaje y el ethos que les rodea resultan lejanas al conjunto de la población. Sin embargo, en las últimas semanas, Bitcoin, Dogecoin y Ethereum captaron la atención de los medios por el alza abrupta de sus cotizaciones bursátiles. ¿Se trata de una burbuja especulativa comparable con las puntocom del cambio de siglo? ¿Son la moneda que nació y se impondrá en el siglo XXI? Valdecantos explica que se trata de activos digitales, completamente descentralizados y no institucionalizados, sin regulación estatal en su origen (aunque de a poco algunos países van elaborando regulación), basados en criptografía y la tecnología blockchain, en contínua expansión con más de cinco mil opciones. Las más importantes son Bitcoin y Ethereum. Ambas tienen sus propias blockchain. Después hay muchas otras que utilizan la plataforma de blockchain de Ethereum. Para entender las diferencias hay que considerar que no todas las blockchain son iguales y que además cada criptomoneda define su propia oferta monetaria.

“Las blockchain pueden caracterizarse de acuerdo a su cantidad de nodos, la forma en que se toman decisiones, así como la manera en que se remunera a quienes hacen el trabajo de sostener la infraestructura, conocidos como “mineros” en la jerga, entre otras cuestiones”, apuntó Valdecantos.

“Las criptomonedas varían de acuerdo a cómo definen su oferta monetaria: cómo se emiten, cómo se destruyen, cómo circulan. Suelen tener una oferta exógena, conocida para cada momento de tiempo”, señaló.

 

Sobre Bitcoin

La oferta monetaria del bitcoin, es decir la cantidad que circula por el mercado, se pueda conocer exactamente desde la actualidad hasta el año 2143. Esto es así porque al momento de ser creada se estableció que cada 10 minutos se emitirán 6,25 bitcoin. Esos bitcoins son entregados a “los mineros”, que son los encargados de mantener la infraestructura funcionando, y para ello resuelven problemas de criptografía cada 10 minutos. Quién resuelve más rápido un problema recibe 6,25 bitcoin. Además, cada cuatro años se divide por dos la cantidad de bitcoins que se emiten cada 10 minutos y por ende la recompensa. Ese ese el mecanismo de creación y distribución.

“Bitcoin no está pensado para convertirse en una unidad de cuenta global, sino como una especie de oro digital, un activo de reserva, que todavía es muy volátil. Sería muy arriesgado que alguien que quiere preservar sus ahorros, los preserve en bitcoin, porque así como podes ganar un montón, podés perder todo”, dijo. Aunque reconoció que si con el tiempo la tendencia del Bitcoin es siempre al alza, entonces sí pasaría a ser una especie de “oro digital”.

“Hoy el bitcoin es una montaña rusa, completamente irracional, igual que los mercados financieros. Hace unas semanas pasó de valer 28 mil a 38 mil por unidad después de que Elon Musk escribió la palabra “bitcoin” en su perfil de twitter. Eso es parte de la dinámica especulativa que ha adoptado la economía mundial y las criptomonedas son una representación exacerbada de eso”, analizó.

En ese sentido, para el docente de la maestría en Desarrollo del IDAES, el problema que tiene Bitcoin es su volatilidad, porque no es eficaz ni para conservar riqueza, ni para cumplir la función de unidad de cuenta que cumple el dinero.

“El creador de Bitcoin (Satoshi) probablemente no se imaginaba lo que terminó pasando, pero lo que propuso es real y se verifica. Yo puedo mandar bitcoin de acá a cualquier lugar del mundo y llega de forma instantánea pagando una comisión que tiende a ser baja salvo en momento de mucho tráfico en la red. Otras criptomonedas ya han resuelto este congestión de tráfico, que es propia de bitcoin. A mí me resulta increíble hacer una transferencia bancaria tradicional en la que tenés que esperar tres días y pagar fortunas, cuando puedo hacerlo instantáneamente con cripto. Después hay algunas empresas prestadoras de servicios que son ficticias, hay otras que son genuinas, las hay con comisiones bajas y altas, pero es otra historia. Ahí es importante que quien vaya a meterse trate de asesorarse bien, antes de hacer una inversión”, dijo.

 

El futuro

Valdecantos se inclina a pensar que las criptomonedas continuarán teniendo un rol minoritario. “Me parece que mientras sigan existiendo los Estado Nación es dificil que una forma de dinero privado no regulada, ni insitucionalizada, se convierta en hegemónica. Tal vez pueda suceder que el uso del bitcoin se masifique, pero llevaría décadas y requeriría que su robustez tecnológica sea percibida y comprendida por una gran mayoría. Todavía sigue siendo una minoría la que confía y está dispuesta a poner su capital en algo tan etéreo como la blockchain. Tal vez en 30 años, las generaciones hayan hecho la transición y resulte lo más natural conservar la riqueza en un activo que no es emitido ni por un Estado ni por una empresa, y no está sujeto a ningún tipo de regulación y que uno no puede ir a tocar la puerta a nadie si tiene algún problema”, fundamentó.

Por otro lado, el economista de la UNSAM planteó que no es muy común que la gente haga transacciones en bitcoin, que vaya al supermercado y pague con bitcoin. “Hay ejemplos, pero tienen más que ver con tener puesta la camiseta de bitcoin, que con la eficacia que tiene para cumplir esa función. Bitcoin existe hace 10 años. Mercadopago para pago con QR está hace tres años y no importa a qué feria del conurbano vayas, vas a poder pagar con mercadopago, lo cual es preocupante -debido a la masificación de un sistema de pagos enteramente privado-  pero está pasando”, dijo.

Argumentando sobre este punto, Valdecantos señaló que es más probable que prevalezca otra alternativa. “Me parece más probable que se puedan imponer o bien las monedas digitales emitidas por bancos centrales o en su defecto, la posibilidad de que grandes corporaciones empiecen a generar su propio dinero mundial, como el caso de Facebook con el anuncio de su moneda Libra en 2019, que iba ser estable y contar con su token y su propia blockchain”, aseguró.

El anuncio de Mark Zuckerberg de su moneda estable encendió alarmas y generó que fuera citado por el Senado de Estados Unidos para responder sobre el tema. Después todo se demoró. “Los bancos centrales de los países desarrollados están metiéndose cada vez más en el tema. Tanto el FMI como el Banco de pagos internacionales están investigando y escribiendo sobre este tema porque saben que si los bancos centrales no reaccionan ofensivamente es inevitable que alguna de las dos formas de dinero privado ya sea bitcoin o alguna gran empresa como Facebook, pasen a terminar imponiéndose”, evaluó Valdecantos.

 

La potencia de la tecnología blockchain

El acercamiento de Valdecantos a las criptomonedas se dio a partir de su interés por la pluralidad monetaria y la posibilidad de crear sistemas monetarios distintos al tradicional. Hacia 2010, cuando militaba en la Villa 31 en CABA, observó que había una gran cantidad de recursos y capacidad de trabajo inmovilizada por falta de crédito. De ahí que comenzara a pensar que si el sistema tradicional no generaba la oferta de crédito necesaria, había que buscar un sistema que sí lo hiciera. 

Consultado sobre su experiencia al crear una criptomoneda, Valdecanos planteó que uno de los problemas de las monedas complementarias es su respaldo. La moneda de curso legal, el peso, es aceptada porque los impuestos y la deudas se pagan en pesos. Cualquiera sabe que si acepta pesos como medio de pago, va a tener qué hacer con ellos. En el peor de los casos, los pesos no terminan siendo eficaces para preservar el valor, pero sí para realizar los intercambios a través de los cuales satisfacemos necesidades cotidianas. Con las monedas complementarias no pasa eso al principio, porque nadie las recibe.

“Para que haya un mercado donde funciona una moneda complementaria, primero hay que encontrar una comunidad, un grupo de actores dispuestos a aceptar como medio de cambio un instrumento que no es el peso argentino. Eso existe, hay más de cinco mil monedas complementarias en el mundo y está en crecimiento. Pero muchas veces está el problema de la confianza. ¿Quién administra esta moneda? Al peso lo regula el Banco Central, una institución de la República, y si hace mal su trabajo, al presidente del Banco lo pueden cambiar. En cambio, ¿a las monedas complementarias quién las administra? Lo que blockchain permite es resolver ese problema, porque luego de que una comunidad define reglas de juego, estas se ponen en un código y una vez puesto a correr es inviolable y todo lo que sucede dentro del sistema es auditable”, indicó.

A su vez, las criptomonedas resuelven el problema de la falsificación, bien conocido en Argentina con los clubes de trueque de 2001. “Las comunidades que implementan monedas complementarias difícilmente tienen los recursos financieros para poder generar billetes físicos con medidas de seguridad. Cuando esa moneda pasa a ser digital sobre blockchain ese problema también se resuelve. Es un instrumento que hace posible cosas que hace 20 años atrás eran muy difíciles”, explicó.

Sobre las bondades y potencialidades de la tecnología blockchain, Valdecantos apuntó otros usos. “Token es un activo programable digitalmente, que puede ser un activo monetario o puede ser otra cosa como un título de propiedad, un sistema de votación. Hoy se están desarrollando casos de blockchain en la cadena de suministro, lo que le permite al consumidor saber cuál fue la historia del alimento que está comprando, escaneando un código Qr. Entonces podría conocer desde que fue plantado hasta que llegó a la góndola, incluyendo si sobre el cultivo hubo o no presencia de agrotóxicos. En ese caso se necesitaría que en la tierra hubiera sensores de contaminación conectados a Internet (dispositivos IoT). Además de las ventajas para el consumidor, se reducirían algunos negocios de dudosa transparencia, como las certificadoras de calidad, en quien el consumidor se ve obligado a confiar sin conocer realmente su funcionamiento”, detalló.

¿Cómo es la experiencia de las criptomonedas en los sectores populares?

Es compatible, pero requiere el esfuerzo de tender puentes. La práctica de pagar, o pedir un crédito con una criptomoneda no tiene ninguna diferencia conceptualmente con moneda de curso legal. Las complejidades quizás tienen que ver con el lenguaje y con el origen de las criptomonedas en la tribu de los hackers, con un ethos muy ajeno al que puede haber en cualquiera de las ferias del conurbano     . El gran desafío, que están trabajando todas las fintech en torno a la inclusión financiera, es la educación o alfabetización financiera. Es un trabajo que hay que realizar, pero no es un impedimento.

¿Compraste alguna criptomoneda?

He probado distintas criptomonedas, pero no tengo la constancia que requiere dedicarse a las inversiones financieras sobretodo en un mercado tan volátil como este, donde las cosas suben y bajan todo el tiempo. Hay que estar como mínimo una o dos veces por día siguiendo la tendencia de los mercados, para no terminar perdiendo. Cuando me metí en el tema me obligué a comprar como para entender      mejor, porque una cosa es leer y otra cosa es experimentarlo, porque ahí se terminan entendiendo muchas más cosas.

Hay informes que destacan la penetración creciente de las criptomonedas en Argentina. ¿A qué pensás que se debe?

Hay criptomonedas que son estables como Tether o DAI que son las más conocidas. Entonces si hay un argentino que tiene un exceso de pesos y no puede comprar dólares oficialmente, puede comprar criptomonedas y en función de su aversión al riesgo podrá comprar todo bitcoin o comprar todo Tether o DAI o hacer un mix. Es razonable. Hoy es un fenómeno de clases medias altas, no es algo que esté pasando en los sectores más vulnerables, fundamentalmente porque allí no hay un exceso de pesos que pueda ser ahorrado. La demanda puede crecer pero en un segmento muy específico de la población.

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Nota actualizada el 22 de febrero de 2021

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