Escuela de Humanidades

Jornadas virtuales: Una posibilidad emancipadora a través de la educación

El 10 de diciembre se realizaron las Jornadas Virtuales “La Formación docente más allá de la pandemia” como resultado de un trabajo de articulación e investigación desarrollado desde la Cátedra de Formación docente del Profesorado en Ciencias de la Educación de la Escuela de Humanidades junto a docentes de la UNSAM e Institutos de formación docente con el desafío de generar diálogos e intercambios en torno a las disputas de sentidos sobre la educación y la jerarquía de saberes.  

Las Jornadas fueron pensadas con el propósito de construir un espacio de diálogo ante la necesidad de sistematizar y construir conocimiento sobre la formación docente que trascienda la pandemia, superando las miradas dicotómicas, posicionados en las epistemologías del sur y las pedagogías críticas latinoamericanas.

Pensar una universidad desde una perspectiva de educación popular y desde la convergencia de saberes requiere también, desde el campo de las humanidades, la imperiosa necesidad de incorporar afectos y sentimientos. En este sentido, Alejandra De Gatica, retomó el concepto de “giro emocional” en las ciencias sociales, en tanto reto teórico, metodológico y político en vínculo con la educación como favorecedora de la cultura de las emociones que debe ser concebida y ejecutada como una acción política de compromiso que impulsa a los cuerpos. Si la educación es esa práctica social que opera sobre los problemas sociales “quizás sea el momento de reemplazar definiciones académicas por otras construidas colectivamente en base a otros saberes que permitan alterar este orden cultural y social tan injusto” afirmó.

La educación no es ajena al contexto político y económico en el cual se inscribe y en este sentido, el vínculo con el capitalismo ha marcado a lo largo de la historia diferentes ritmos de adecuación donde la escuela se presentó como aquel movimiento del pensamiento que pudiera anticipar y democratizar el conocimiento. En el contexto actual de pandemia, planteó Luis Bonilla, la virtualidad no solo generó la exclusión de más de la mitad de la población mundial en el acceso y acompañamiento a la educación, sino que presenta a futuro, un modelo híbrido en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Es necesario comprender la cultura evaluativa que se presenta como solución a los desajustes de los sistemas educativos La lógica del capital supone la destrucción de la escuela pública como espacio de encuentro, hoy establece una escuela sin curriculum organizada en función a estándares y al desarrollo de competencias específicas. El desafío de construir una escuela democrática y a pensar las subjetivaciones y la práctica docente en la era del capitalismo cognitivo en el siglo XXI, interpela a la sociedad en su conjunto.

La mercantilización de la educación lleva a la fabricación de individuos adaptados a las lógicas de mercado. Es necesario dejar de pensar en términos de individuo aislado para, desde una epistemología del sur, considerar la subjetividad desde lo social. En el tiempo de teletrabajo en pandemia también se capturaron las subjetividades y se mercantilizaron los cuerpos, quedando capturados en cuadraditos. El desafío del trabajo docente es enfrentar las lógicas individualistas, requiere potenciar encuentros que permitan reflexionar. “Encuentros como éstos que permiten pensarnos, hacer trama, reflexionar sobre lo que estamos haciendo, sobre nuestros posicionamientos político-pedagógicos y recuperar las narrativas sistematizando estas experiencias, recobrando el sentido de la formación, el sentido de las clases, el sentido transformador y crítico, el sentido revolucionario de la educación” afirmó Silvina Cuello.

La educación emocional que resuena en el ámbito de lo escolar y su vínculo con el capitalismo, construye determinadas maneras de sentir, sistemas de valores sujeta a la posibilidad de ser moldeada y transformada. La manera en que el capitalismo va objetivando genera una ilusión peligrosa porque pone en juego las emociones, su control y mediación como si existiera la responsabilidad de individualizar inclusive lo que se siente. Por esto, Miranda González Martin, planteó la necesidad de recuperar aquello que está en construcción, repensar las prácticas que están atravesadas por narrativas patriarcales, excluyentes y capitalistas.

La reflexión sobre la práctica de enseñanza, es un trabajo que el docente realiza en el marco de sus escenarios específicos de trabajo y donde suceden muchas otras cosas además de la enseñanza. Esta reflexión requiere dirección y método sobre las decisiones que se toman en clase y los supuestos que subyacen en ella. Es necesario “mirar por las hendijas” porque reflexionar requiere principalmente “develar a partir de una mirada analítica casi en sentido clínico sociológico”. Las decisiones de cada docente, planteó Jorge Steiman, -si son las mejores posibles- suponen una necesaria intervención ética en el mundo de los otros.

Sistematizar es reflexionar ordenadamente a partir de la práctica, problematizar e identificar conflictos y contradicciones, analizar todo lo que se hizo y recuperar los sentidos, se trata de un proceso de reflexión colectiva “La sistematización en clave de educación popular requiere de interpretación histórica, cuando uno sistematiza no lo hace para halagarse sino para cuestionarse y develar cuáles son las tensiones y conflictos que pueden emerger.  Más allá de los límites impuestos por la pandemia, es un tiempo que nos permite asumirnos como protagonistas del sentir, pensar y hacer” afirmó María Esther Basualdo. Se torna indispensable situar al conocimiento en el entramado de disputas, develar el carácter político, humanizador y transformador de la educación popular

La Jornada se desarrolló en el contexto de debate nacional y de lucha por la ampliación de derechos para las mujeres, en este marco se realizó un interesante diálogo en torno a la interpelación de las visiones patriarcales y heteronormativas de la escuela. Retomando las palabras de Valeria Flores, Sandra Aguilar reflexionó sobre la ausencia de los cuerpos en los vínculos pedagógicos en el contexto de pandemia y la regulación de las pasiones en los procesos educativos, funcionales a una mirada heteronormativa, jerárquica y verticalista transversal a las escuelas. La ley de IVE, planteó Malena Lenta, se presenta como un paso importante para la garantía del derecho a decidir sobre el propio cuerpo, sobre los deseos, las violencias, y la posibilidad de embarazo y proyectos no deseados. En este marco es indispensable construir una propuesta pedagógica y desaprender la cultura patriarcal, integrando una perspectiva de género en todos los niveles educativos que incluya la diversidad y las disidencias y para esto hay que interpelar al sistema de justicia, de religiones, del Estado y al sistema educativo en su conjunto.

El contexto de pandemia evidencia desigualdades históricas implementadas en el marco de políticas neoliberales que reproducen fuerzas de dominación propias de una cultura patriarcal capitalista y nuevas formas nominales del ser docente -youtuber, uberizado- que responden a lógicas de precarización laboral. Asimismo, el contexto actual abre una hendija desde donde reflexionar sobre las prácticas y la enseñanza, la sistematización y la resistencia desde la educación pública a la mercantilización de la educación.

Las jornadas habilitaron un espacio necesario de debate para reflexionar sobre una docencia que está en proceso de ser de manera, crítica, incómoda, rebelde, resistente. Es una invitación a cuestionar e indagar para poder construir, partiendo de la desconfianza de lo naturalizado.  La urgencia de repensar la formación docente de quienes siguen convencidos que la construcción de un mundo mejor es posible y trabajan para ello. Las grandes decisiones educativas no se toman en la centralidad de los gobiernos, sino que se produce una confusa amalgama de organismos y corporaciones que imponen sentidos. Los sistemas híbridos apuntan a la construcción de subjetividades híbridas, acordes a los requerimientos del capital. La lógica empresarial, que se presenta como solución a todos los problemas, se cuela en la cotidianeidad de las aulas “dejamos de pensar las clases para gestionar las clases, y ahora también las emociones” reflexionó Marisa Bolaña. La incomodidad es un motor de lucha y transformación que permitirá modificar a partir de la fuerza política de los cuerpos, hacia un orden cultural y social más justo.

La Jornada cerró con la recuperación de las reflexiones, sistematizaciones y conocimientos aportados en cada una de las actividades con el propósito de abrir nuevas líneas desde las cuáles pensar la formación docente que permitan superar pensamientos dicotómicos y posiciones instrumentales.

 

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Nota actualizada el 14 de diciembre de 2020

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