Instituto de Arquitectura y Urbanismo

TAU 2019: Una experiencia en la Senda del Ciruja

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En la séptima edición del Taller Interdisciplinario de Investigación Proyectual que organiza el Laboratorio de Arquitectura y Urbanismo del Instituto de Arquitectura de la UNSAM, lxs docentes y estudiantes conocieron el camino que recorren todos los días los trabajadores de la Cooperativa Bella Flor en el predio del CEAMSE. Una senda repleta de basura, contaminación y peligros.

Por Paola Aguilar. Fotos: Pablo Carrera Oser

Un grupo de docentes y estudiantes que participaron de la séptima edición del Taller Interdisciplinario de Investigación Proyectual (TAU) acompañó a Natalia, trabajadora de la Cooperativa Bella Flor, en el camino desde su casa en el barrio Libertador (San Martín) hasta el predio del CEAMSE, en donde trabaja. El recorrido exige costear las orillas de arroyos contaminados, la banquina de la Autopista del Buen Ayre, montañas de residuos y garitas con personal de seguridad que no cuida a los transeúntes.

Una combi y dos remises salieron temprano del Campus Miguelete para acompañar a la cooperativista de la planta de recuperación y reciclaje, que los esperaba en la puerta de su casa. Acompañados por Lalo Paret, responsable del Área de Articulación Territorial de la UNSAM; Waldemar Cubilla, director de la Biblioteca Popular La Carcova; Claudio Ferrari, decano del Instituto de Arquitectura; Fabián de la Fuente, director del centro LabUrA y organizador del TAU; el grupo recorrió la llamada Senda del Ciruja, que se despliega en casi 4 kilómetros impregnados de barro, desechos, ruidos y olores nauseabundos.

“Necesitamos planes hechos por urbanistas para darle seguridad a los trabajadores”, dijo Lalo Paret. El motivo de la visita de los estudiantes de Arquitectura y otras disciplinas fue justamente ese: conocer el territorio, caminarlo, escucharlo y buscar soluciones que mejoren la calidad de vida de sus habitantes. “Lo más valioso sería tener herramientas concretas, diseño, dibujo, presupuesto. Una cosa es decir que necesitamos un camino y otra es ir con un proyecto armado”, señala por su parte Cubilla.

 

El camino

Un arroyo turquesa por efecto de la contaminación química de alguna fábrica cercana —lleno de basura, bolsas de polietileno, autos y hasta el cadáver de un perro— corre por debajo del puentecito que hay que cruzar para llegar a la Autopista del Buen Ayre. Detrás de una montaña de escombros y basura, se llega a ver el contraste de casas de ladrillo bien cuidadas junto a cientos de casillas frágiles, carros de tracción a sangre y algunos autos.

“Cada día, unas 2 mil personas hacen ese camino en tres turnos. En los últimos años, diez de ellas murieron durante ese recorrido, principalmente por accidentes en la autopista. También están expuestas a robos y accidentes por la precariedad del camino. En el caso de los trabajadores que circulan con carros, deben caminar dos kilómetros más para pasar por debajo de un puente con calle, ya que el puente del arroyo tiene costados de tierra muy inestables por los cuales solo se puede circular a pie”, cuenta Matías Alonso en una nota de la agencia de noticias TSS.

Todos los días, lxs transeúntes deben trepar para llegar a la banquina de la autopista y caminar con cuidado para no ser embestidos por los autos y camiones que circulan. Lleva un rato largo llegar hasta la puerta del CEAMSE. Una vez adentro, el galpón de la cooperativa Bella Flor muestra su mejor cara, pintada con colores vibrantes y con un enorme pájaro en el muro exterior. Pareciera que el camino está llegando su fin. Pero no. Todavía queda otra subida, la que lleva a lxs trabajadorxs al camino por el que entran y salen los camiones llenos y vacíos de residuos.

Ya en el predio de Bella Flor, una montaña de residuos y una nube de olores recibe al grupo visitante. Allí, hombres y mujeres trabajan separando residuos durante horas y desechando lo que no sirve —solo puede reciclarse el 10 % de los residuos—.

A lo largo de los seis días que trabajaron en el TAU, los participantes asistieron a charlas brindadas por especialistas de distintas campos, debatieron, recorrieron lugares y proyectaron posibles soluciones a los problemas que se plantean en la cuenca del Reconquista, objeto de estudio y de investigación del centro LabUrA y el IA.

Desde 2013, el TAU reúne a estudiantes, docentes e investigadorxs de distintas universidades y disciplinas que durante una semana participan de conferencias, charlas y talleres proyectuales en torno a las problemáticas de los barrios de la cuenca del Reconquista en José León Suárez (San Martín).

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Nota actualizada el 9 de septiembre de 2019

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