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El retorno del FMI y la Escuela de las Américas

La eliminación de los subsidios al combustible por parte del Gobierno Nacional generó masivas movilizaciones en todo el país con el movimiento indígena como protagonista. La represión perpetrada por las fuerzas de seguridad dejó un saldo 10 muertos y 1340 heridos.

“He dispuesto el toque de queda y la militarización de Quito. Empezará a regir a las 15:00. Esto facilitará la actuación de la fuerza pública frente a los intolerables desmanes de violencia”, anunció por twitter el 12 de octubre el presidente ecuatoriano Lenin Moreno luego de 11 días de manifestaciones populares con gran presencia indígena reprimidas por las fuerzas de seguridad.

El estallido social surgió cuando Moreno decidió eliminar los subsidios al combustible para acceder a un préstamo por 4,2 millones de dólares del FMI. Los 12 días de protesta culminaron con 10 muertos, 1.340 personas heridas y 1.192 detenidas, según el registro de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).

“En el Ecuador cuando se ve amenazado un equilibrio de fuerzas salen los sectores tradicionales empresariales de poder y convocan a las fuerzas armadas a dirimir ese conflicto. El gran problema de América Latina es que vuelve a evidenciarse que nuestras sociedades son tuteladas por las Fuerzas Armadas. Siempre los saldos de las intervenciones militares son negativos en términos políticos, sociales y vitales”, dice Juan Cuvi, director de la Fundación Donum y profesor de la Universidad Andina Simón Bolivar.

Para Cuvi, el peligro más grande que enfrenta hoy el Ecuador es la injerencia de la ideología estadounidense en los conflictos internos, lo que se manifiesta en el nombramiento del exmilitar Oswaldo Jarrín como ministro de Defensa. “Jarrín fue formado en la Escuela de las Américas y vuelve a plantear la necesidad de fortalecer, consolidar y otorgar un rol mucho más activo a las Fuerzas Armadas para garantizar la paz y la estabilidad. Es una línea muy vieja en América Latina que suponíamos que estábamos superando, pero está a la orden del día nuevamente”, concluyó.

El 30 de septiembre de 2010, una sublevación de la tropa de la Policía Nacional de Ecuador organizó un golpe de estado contra el presidente Rafael Correa, quien fue herido y retenido en el Hospital Militar por varias horas. Las Fuerzas Armadas lograron sofocar la acción golpista en medio de una gran movilización popular a favor y en contra del mandatario. Murieron cinco personas y hubo casi 300 heridos. “¿Quieren matar al presidente? ¡Aquí está! ¡Mátenlo si tienen poder! ¡Mátenlo si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre cobardemente escondidos!”, gritó Correa desde la ventana del hospital.

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Nota actualizada el 29 de noviembre de 2019

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