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“La gratuidad universitaria es condición necesaria, pero no suficiente”

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La UNSAM celebró los 70 años del decreto que reglamentó la gratuidad de la educación superior en la primera jornada del ciclo Legados de la Reforma. Fue un encuentro atravesado por debates, análisis y propuestas para el fortalecimiento del sistema educativo superior del que participaron ocho especialistas destacados.

Por Alejandro Zamponi y Gaspar Grieco. Fotos: Pablo Carrera Oser

El 22 de noviembre de 1949 cambió la historia de la educación universitaria argentina: el presidente Juan Domingo Perón firmaba el Decreto N.° 29.337, que estableció la gratuidad de la educación superior en todo el país. “Suspéndese con anterioridad al 20 de junio de 1949 el cobro de los aranceles universitarios actualmente en vigor”, dice el documento.

La UNSAM celebró el 70.º aniversario de ese hito en la primera jornada del ciclo Legados de la Reforma. Fue en el Teatro Tornavía del Campus Miguelete con la participación de referentes nacionales del área de educación, autoridades universitarias, docentes y estudiantes.

El encuentro comenzó con la conferencia de Adriana Puiggrós. La pedagoga y exdiputada nacional propuso un recorrido histórico por las normativas vinculadas con la educación superior y destacó la Ley de Universidades Nacionales de 1974 —conocida como Ley Taiana en honor al entonces ministro de Educación Jorge Taiana— como la primera en incorporar los cuatro principios del sistema universitario argentino: libertad de cátedra, autonomía, cogobierno y gratuidad.

Silvia Bernatené y Adriana Puiggrós

En esa línea, Puiggrós celebró la creación de las universidades del conurbano bonaerense, pero cuestionó la “falta de planificación” del Estado nacional. “Se crearon casi 20 universidades, de las cuales un 80 % se acerca cada vez más a la excelencia en muchas disciplinas. Ya empieza a haber un 80 % de primeras generaciones de graduados en sus familias. Es hora de planificar, porque hay muchos lugares en el país donde hacen falta universidades y hay que pensar cuáles son los mecanismos, los dispositivos y las políticas para que se pueda cumplir con el derecho a la educación de toda la sociedad”, alentó.

Por su parte, Claudio Suasnabar, docente e investigador de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) criticó la oposición a la gratuidad universitaria, se refirió al análisis de la tradición de la Reforma de 1918 por parte del estudiantado en los sesenta y setenta y brindó datos actualizados sobre el acceso a la educación superior. “El quintil más pobre de la universidad creció de un 12 % a un 15 %, y un pequeño porcentaje de esos estudiantes paga universidades privadas para no perder tiempo. En este sentido, la universidad pública debe pensar en modificar su tradición universitaria adaptando horarios y actualizado la currícula y los modelos pedagógicos”, señaló.

De izq. a der.: Claudio Suasnabar, Sergio Friedemann y Darío Pulfer

Luego, Sergio Friedemann, investigador de la Universidad de Buenos Aires, planteó que la gratuidad de la enseñanza superior se hizo carne en 1953 con la eliminación de los exámenes de ingreso y destacó la Ley Taiana de 1974. “Fue un período breve e intenso con disputas entre proyectos diversos que siguen presentes en la actualidad: la disyuntiva entre la universidad del pueblo o la elitista”, aseguró.

Por su parte, el docente e investigador de Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA), Carlos Pérez Rasetti, destacó que la gratuidad del primer peronismo hizo crecer la matrícula universitaria, algo que fue acompañado con el aumento de los ingresos de los sectores más bajos de la sociedad. “Hay que pensar políticas institucionales en la universidad para que el derecho a la educación superior y el derecho a participar en la creación de la agenda universitaria sean derechos que se hagan efectivos para toda la sociedad. Aún para quienes deciden no estudiar en la educación superior”, señaló.

Carlos Marquis, investigador en el Observatorio de Educación Superior y Políticas Universitarias (OESPU) de la UNSAM, habló de la tristemente célebre Noche de los Bastones Largos de 1966 definiéndola como el fin de la primera etapa de auge de la universidad. También rememoró el inicio de la universidad setentista luego del retorno de Perón en 1973 y el legado del Cordobazo en 1969.

De izq. a der.: Carlos Marquis, Carlos Pérez Rasetti y José Casco

Defensa y propuestas

El panel de cierre de la jornada estuvo integrado por el rector de la UNSAM, Carlos Greco; el rector de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) y presidente del Centro Interuniversitario Nacional (CIN), Jaime Perczyk; y el presidente de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), Néstor Pan. “La gratuidad es condición necesaria, pero no suficiente”, coincidieron los tres expositores y resaltaron la necesidad de “defender políticamente lo que hay sin dejar de criticar lo que se puede mejorar”.

Greco señaló que con el decreto de gratuidad de 1949 “la educación pasó a ser considerada un bien preferente, una inversión que promueve el bien individual y social” y aseguró: “Las universidades nacionales somos la base de la investigación en la Argentina. El sentido de la educación superior es que la gente tenga una vida mejor”.

De izq. a der.: Jaime Percyzk, Carlos Greco y Néstor Pan 

Por su parte, Pan indicó que la educación superior argentina oferta 4.200 carreras, pero que el 45 % de lxs estudiantxs se concentran en sólo 11. “El Estado debe intervenir para modificar esta situación y generar acciones que aumenten la taza de graduados”, dijo. “Hoy estamos frente al decil de incorporación más bajo y eso genera una baja taza de graduación: no basta con que el decil más bajo ingrese, también hace falta el acompañamiento. Hay que implementar mejores políticas de becas y tutorías y es hora de que los universitarios y los graduados hagamos propuestas para financiarlas”, concluyó.

Por último, a los hitos de la Reforma del ‘18 y la gratuidad del ‘49, Percyzk sumó la creación de nuevas universidades en el conurbano y el interior del país. “El sistema universitario argentino ha posibilitado una mejora social que hay que defender. Hoy no tenemos estudiantes que trabajan, tenemos trabajadores que estudian. Debemos trabajar trabajar entonces con las organizaciones que nuclean a los trabajadores. La universidad tiene que ser una necesidad para las personas, las empresas y la productividad de la Argentina. Hay que devolverle al pueblo lo que hace por la universidad, por eso tenemos que mejorarla”, cerró.

Nota actualizada el 20 de septiembre de 2019

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