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Tres investigaciones del IIB fueron preseleccionadas para un subsidio internacional

Los proyectos liderados por los docentes e investigadores del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH) Alfonso Soler Bistué, Lucía Chemes y Juan Pablo Fededa —incorporados a la Universidad en 2017— fueron preseleccionados para acceder al subsidio que otorga el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología de la ONU. Se trata de un financiamiento de 75.000 euros para investigación.

Por Gaspar Grieco. Fotos: Pablo Carrera Oser

El Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB) forma parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuenta con 63 países miembros y está dedicado a financiar investigaciones y brindar capacitaciones vinculadas con la salud, la nutrición, la agricultura y el progreso industrial de países en desarrollo.

La Argentina participa de sus actividades a través de la Dirección de Cooperación e Integración Institucional del Ministerio de Ciencia y Tecnología y, todos los años, presenta decenas de proyectos científicos que requieren financiamiento.

Este año se presentaron a la convocatoria un total de 43 proyectos de investigación, de los cuales seis pasaron la primera instancia de selección. Tres de esos seis proyectos fueron desarrollados por científicos del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH) de la UNSAM, quienes compiten en las categorías Early Career Return Grants y Collaborative Research Programme.

Lucía Chemes, directora del Laboratorio de Biofísica de Proteínas y Motivos Lineales  del IIB-INTECH y una de las investigadoras preseleccionadas en la categoría Collaborative Research Programme celebró la noticia. “Es muy satisfactorio ver que nuestros proyectos compiten en el ámbito internacional. Este es un caso que demuestra que la investigación en instituciones públicas es muy importante y que en la UNSAM hacemos muy buena ciencia”, expresó.

En esa línea, Alfonso Soler Bistué y Juan Pablo Fededa —preseleccionados en la categoría Early Career Return Grants— señalaron que la selección del ICGEB es muy dura y exigente. “No solo demostramos que somos capaces de tener un rol social como estudiantes de primera generación universitaria, sino que además estamos haciendo proyectos de excelencia que son elegidos entre los mejores de la Argentina y que nos representan en el mundo”. chemes

Proteínas, virus y motivos lineales

El grupo de investigación que dirige Chemes estudia las llamadas “proteínas intrínsecamente desordenadas”, que despiertan un gran interés en la comunidad científica mundial debido a su posible vínculo con enfermedades como el cáncer, el Parkinson, el Alzheimer y las infecciones virales. Dentro de este tipo de proteínas existen elementos denominados “motivos lineales” que, en ocasiones, son aprovechados por organismos patógenos para ingresar en las redes regulatorias de las células ocasionando la proliferación de virus.

“Buscamos entender cómo funcionan los motivos lineales mediante el planteo de un análisis de las proteínas que intervienen en el flavivirus (virus del Dengue y el Zika). Esto nos permitirá ofrecer estrategias terapéuticas. Creo que la propuesta fue seleccionada porque está centrada en un patógeno de mucha relevancia para la región latinoamericana”, observó Chemes sobre su proyecto titulado “Descubrimiento y validación de motivos lineales en proteínas de flavivirus”.

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El cerebro mamífero

El proyecto “Descubriendo nuevas vías regulatorias de microRNAs durante el desarrollo del cerebro mamífero”, dirigido por Fededa, propone estudiar las moléculas regulatorias microRNAs y los genes necesarios para el desarrollo del córtex cerebral mamífero mediante una nueva técnica llamada CRISPR, que utiliza al ratón como modelo. “Estudiamos aquellas interacciones que son necesarias para que las neuronas migren durante el desarrollo del córtex mamífero. Las deficiencias en esas migraciones pueden generar enfermedades neurológicas como el síndrome del espectro autista. Este tipo de estudios aún no se han hecho en córtex mamíferos con la técnica CRISPR”, detalló el investigador.

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Bacterias más, bacterias menos

Las bacterias tienen la propiedad de metabolizar proteínas —transformar compuestos químicos en energía— y de autorreproducirse. Así como algunas pueden tardar días en dividirse, otras lo hacen en pocos minutos. Si bien aún no se conocen las bases genéticas que determinan esta particularidad, gracias a la secuenciación de genomas hoy se sabe que algunos genes intervienen en la autorreplicación lenta y otros, en la rápida.

El proyecto “Reprogramación genómica del crecimiento bacteriano”, a cargo de Soler Bistué, trabaja con la bacteria causante del cólera y con una bacteria que suele ser utilizada para aumentar el rendimiento de la cosecha de soja. “Queremos empujar el límite del crecimiento bacteriano. Para ello, buscamos reacomodar el genoma de la bacteria del cólera —la cual se reproduce cada 17 minutos— para que se autorreproduzca lo más lento posible y sea menos infectiva. Por otro lado, la bacteria inoculante de la soja tarda 20 horas en dividirse, por lo que queremos hacer que crezca más rápido para aumentar la producción”, adelantó el investigador.

 

Nota actualizada el 6 de febrero de 2019

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