En abril de 2018, el Instituto de Nanosistemas sumará 6 becarios —con los que  alcanzará un total de 16— e incorporará a una octava investigadora de esa institución a su plantel en el marco de los resultados de la última convocatoria del CONICET. La investigadora asistente que ingresó es Ianina Violi, que se centrará en reactividad química asistida por plasmónica, con la dirección del decano Galo Soler Illia y la codirección del vicedirector de CIBION-CONICET, Fernando Stefani. Está previsto que Violi colabore inicialmente con el INS desde el Centro de Investigaciones en Bionanociencias.

Además ingresaron tres becarios posdoctorales. Rolando Caraballo y Paola Oviedo, quienes provienen del INQUIMAE-UBA, van a trabajar en el desarrollo de nuevos nanomateriales para la generación de combustibles solares, un tema en auge en el campo de las energías renovables. Caraballo contará con la dirección de Soler Illia y la codirección de Mariana Hamer, mientras que Oviedo contará con la dirección de Soler Illia y la codirección del vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, Luis Baraldo. Ambas investigaciones estarán enfocadas en el desarrollo de un nuevo grupo de materiales innovadores que ofrezca soluciones a la problemática de la producción de energía. Por su parte, la becaria posdoctoral María Sol Recouvreux, quien se formó en el Instituto Roffo, trabajará en la línea dirigida por Marina Simian, dedicada a desarrollar nanoespecies para la detección y eventual tratamiento del cáncer de mama.

Ingresaron también tres becarios doctorales: la ingeniera en Materiales Victoria Guglielmotti y los licenciados en Ciencias Químicas Gastón Magi y Alejandra Ross Beraldi. Guglielmotti y Magi cubrieron unos meses de su trabajo de tesis con una beca puente de la UNSAM y Ross Beraldi se desempeñó durante 2017 en el INS en el desarrollo de proyectos con empresas. Los tres serán dirigidos por Diego Pallarola, investigador adjunto del CONICET y responsable del Laboratorio de Biosensores Avanzados del INS. Al respecto, Pallarola asegura: “Esto significa un apoyo vital para el grupo de trabajo porque nos permitirá desarrollar actividades de investigación de manera sostenida durante varios años, además de afianzar las líneas de investigación e iniciar otras”.

“Lo interesante es que todos estos proyectos implican ciencia de punta en áreas prioritarias como salud y energía. Por ejemplo, se explorará el uso de una diversidad de técnicas ópticas o electroquímicas para el sensado de biomoléculas relevantes en enfermedades como la tuberculosis o el alzhéimer; en el campo de las energías sustentables, apuntamos a explotar la luz del sol para generar combustible. Además, estos proyectos generan recursos humanos de alto nivel, que en muchos casos se forman en nuestros doctorados de la UNSAM”, evalúa el decano Soler Illia y destaca: “Estamos trabajando para lograr ciencia básica de alta calidad y originalidad orientada a aplicaciones industriales innovadoras, que es una de las premisas fundamentales del INS”.

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