“La liebre y la tortuga es la primera experiencia del Laboratorio Teatral producida por el teatro Cervantes. También es la vuelta de Ricardo Bartís a un teatro oficial. El corte, estrenada en el Cervantes hace veintidós años, había sido la despedida de estos espacios”, afirma el medio.

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“No había espacios dentro del Cervantes para poder realizar un trabajo con tantas personas. Se negoció con la UNSAM para encontrar ese espacio. El movimiento fue muy grande. De aquellas 1.000 personas, se hizo una primera una selección curricular de 400. Y de esas se eligieron 100, con quienes trabajamos para verlas funcionar y de allí elegir 35, que son las que conforman el equipo. Quedó afuera un montón de gente que tiene muchísimo valor. Estas muestras son algo festivo, mucho más parecido a una filmación de nuestro proceso que a la muestra de un resultado o a la presentación de un espectáculo convencional”, afirma Bartís.

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