Escuela IDAES, UNSAM en los Medios

Daniel Schteingart escribe para Página/12

Junto con el director del Instituto Estadístico de los Trabajadores, el docente e investigador del IDAES Mariano de Miguel analizó las estrategias de competitividad industrial del gobierno actual.

“Hay un sentido común que asocia la competitividad de la economía a los bajos costos laborales en términos relativos. Bajo este prisma, los salarios comparativamente bajos serían la llave que abre la puerta de la competitividad a los países subdesarrollados. Cuando se habla de competitividad industrial, este sentido común es más común todavía. Es falso. La competitividad industrial de un país depende de un conjunto amplio de variables, como los distintos componentes del costo (entre ellos, el salario, pero también la logística, la energía y otros insumos clave), o los impuestos y la productividad”, manifestó el especialista.

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Nota actualizada el 9 de agosto de 2016

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