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Crónica de una becaria en Málaga

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Lucía Soledad Rodríguez, estudiante de las carreras de Educación, comparte un relato sobre su viaje de estudio a la Universidad de Málaga, en el marco de una beca PIME-UNSAM.

La estudiante de la Licenciatura y el Profesorado en Ciencias de la Educación de la Escuela de Humanidades Lucía Soledad Rodríguez comparte su experiencia como becaria en la Universidad de Málaga, concretada a través del Programa PIME-UNSAM.

Lucía se desempeña como docente de primaria en una institución pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde hace seis años y se encuentra en la instancia de elaboración de su tesina de grado, La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) en España: miradas críticas desde la universidad, dirigida por Stella Maris Más Rocha.

Especialista en educación permanente de jóvenes y adultos y en política y legislación educativa, con postítulos del Centro de Pedagogías de la Anticipación (CePA), Lucía realiza todos los cuatrimestres cursos de formación docente en la Escuela de Capacitación Docente. En la UNSAM, participa del proyecto para la Mejora de la Formación en Ciencias Exactas y Naturales (UNES) y es integrante del Equipo Pedagógico de Seguimiento y Evaluación (EPSE).

El viaje a Málaga, España, tuvo una duración de cinco meses y medio, comprendidos entre septiembre de 2015 y febrero de 2016. En esta crónica de viaje, Lucía Rodríguez comparte con la comunidad UNSAM su experiencia académica pero también personal.

Te invitamos a conocer el sistema de becas que ofrece la UNSAM y que permite sostener y acompañar el desarrollo académico de sus estudiantes aquí.

Un viaje narrado en primera persona
Por Lucía Rodriguez

La oportunidad de viajar se presentó por casualidad. Había visto en varias oportunidades los afiches de la convocatoria PIME-UNSAM, pero nunca les había prestado atención. En 2014, Graciela, mi compañera de estudio, me dijo: “¿Por qué no te anotas?” Así fue que averigüé cómo hacerlo. Recibí la colaboración de profesores y autoridades de la carrera, especialmente de Silvia Bernatené y Stella Maris Más Rocha, pero sin creer que podría sucederme a mí por varios motivos: la edad, la carrera, el promedio, etc.

Sin esperarlo, entonces, pasó: la selección, la entrevista y el llamado de confirmación. Creo que recién terminé de entender lo que sucedía cuando subí al avión.

Conocer un país puede movilizar a cada uno de manera particular, pero es innegable que visitar otro continente en el marco de una beca de estudio es sumamente enriquecedor, tanto por el valor de la experiencia en sí como por la revalorización de lo que uno tiene.

Mi propuesta para esos meses de estadía en Málaga fue cursar cuatro asignaturas, previamente elegidas, en la Universidad de Málaga. También pude realizar parte del trabajo de campo de la tesina, por lo que establecí muchos contactos para realizar las entrevistas estipuladas. Fue de gran ayuda poder conversar con profesores de la UNSAM —especialmente con Viviana Mancovsky, quien, una vez en Málaga, fue la primera en darme un abrazo luego de mucho tiempo sin vernos—.

Tuve la suerte de poder viajar con Julieta, estudiante de Terapia Ocupacional en la UNSAM, con quien nos conocimos un mes antes de viajar. Con ella, transitamos la búsqueda del alojamiento, las salidas, las comidas, las discusiones, los intercambios de ideas, los abrazos y todo tipo de conocimientos.

En ese contexto comenzó la cursada, un mundo completamente diferente al que conocía, lo cual tuvo un gran impacto en mí: las propuestas académicas, las modalidades de cursada y las dinámicas que se dieron dentro de las aulas con los nuevos compañeros fueron opuestas a mi experiencia con la universidad argentina. Tuve la oportunidad de cursar materias de diferentes carreras y años, por lo que pude no sólo participar de las clases, sino analizar discursos y dinámicas educativas que servirían para comprender ese mundo. Además, logré exponer ideas no sólo educativas, sino políticas y sociales de nuestro contexto, de nuestra región y de nuestro país —situados en un espacio muy lejano y casi desconocido para los compañeros—.

Además, para el trabajo con mi tesina, tuve la posibilidad de conocer investigadores (no sólo españoles) y profesores con visiones particulares y con ideas sumamente enriquecedoras para mi mirada. Todos ellos ampliaron mi conocimiento. Así fue que tuve la oportunidad de dar una charla a estudiantes sobre mi tema de investigación, concurrir a la reunión de un movimiento de profesionales que se manifestaban en contra de una ley y participar de un congreso.

Además, este viaje me permitió visitar lugares increíbles, reencontrarme con viejos conocidos y recordar y aprender cuestiones vinculadas a la cultura y a la historia de ese continente. Vivir allí te hace empapar de las problemáticas concretas que suceden cada día, comprender la postura de los otros e intercambiar ideas.

La defensa de la educación pública en nuestro país debe seguir siendo un eje clave para toda la comunidad universitaria y educativa. Te abre las puertas a experiencias que todos los estudiantes deberían poder atravesar. La UNSAM realmente brinda esta oportunidad. Me enorgulleció y me sigue llenando de orgullo saber que es nuestra universidad una de las pocas que permite a cualquier estudiante comprometido la posibilidad de acceder a una beca tan importante, independientemente de su situación socioeconómica, su edad o su promedio.

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Nota actualizada el 24 de abril de 2018

Un comentario

  1. Alejandra dice:

    De tu relato Lucía rescato dos conceptos “compromiso” desde quienes estudiamos y “educación pública” como parte de las políticas públicas de estado. Felicitaciones!!! Tuve el placer de cursar con vos y seguimos compartiendo trayectos hoy. Un orgullo.

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