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Perfiles socioeconómicos, experiencias y representaciones de los barrios “violentos”: la UNSAM en una investigación de la Defensoría del Pueblo

El Programa de Investigaciones en Criminología dirigido por Eugenio Raúl Zaffaroni participó junto a otras universidades de un trabajo sobre violencia en la Provincia de Buenos Aires. La antropóloga Natalia Ojeda, coordinadora del equipo, habla sobre el proceso y los resultados de la tarea.

Un equipo de investigadores del Programa de Investigaciones en Criminología de la UNSAM fue parte de la convocatoria de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires en el estudio “Violencia y homicidios dolosos en la Provincia de Buenos Aires. Perfiles socioeconómicos, experiencias y representaciones de habitantes de barrios con un alto índice de homicidios”.

Coordinado por la doctora en Antropología Social del IDAES Natalia Ojeda, el equipo de la Universidad fue el encargado de hacer el relevamiento en el barrio La Rana.

“Fuimos convocados por la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires junto con las universidades de La Plata, Avellaneda y la Matanza, y la Fundación Conurbano de Lomas de Zamora para aplicar la encuesta en las  denominadas ‘zonas calientes’ de La Matanza, La Plata, Avellaneda, Lomas de Zamora y San Martín”, contó Ojeda acerca del relevamiento general que se llevó a cabo en barrios previamente seleccionados por la Defensoría, en base a estudios del Instituto de Investigaciones de la Corte Suprema de Justicia (IICS).

“El estudio se focalizó en algunas zonas identificadas por el IICS como de alta concentración de homicidios dolosos durante el año 2012: Villa Elvira (La Plata), Dock Sud (Avellaneda), Ingeniero Budge y Villa Fiorito (Lomas de Zamora) y Ciudad Evita (La Matanza). Nosotros coordinamos la encuesta en Villa La Rana, San Martín”.

El equipo de la UNSAM estuvo conformado por investigadores del Programa de Investigaciones en Criminología y estudiantes del CUSAM que hoy están en libertad condicional. En total se realizaron 160 encuestas, diseñadas por la defensoría para profundizar algunos aspectos significativos del fenómeno de los homicidios dolosos en la provincia de Buenos Aires. “La encuesta combinó un abordaje cuantitativo con un análisis cualitativo, con el propósito de reconstruir las dimensiones estructurales del fenómeno y al mismo tiempo indagar en las experiencias y sentidos subjetivos que hay en juego en torno al fenómeno de la violencia”, detalló Ojeda.

Eugenio Zaffaroni

Compuesta por dos bloques diferenciados, la encuesta incluyó información relacionada con datos personales del entrevistado, caracterización demográfica y nivel socioeconómico, violencia en el barrio, caracterización de víctimas y victimarios de hechos de violencia, registros de hechos de violencia cercanos y un bloque cualitativo.  “A pedido de la Corte Suprema -que ya había relevado los homicidios dolosos en los distintos departamentos judiciales- hicimos un trabajo previo de análisis del tratamiento periodístico que diarios como Clarín, Página 12, Tiempo Argentino y La Nación dieron a los homicidios registrados en 2012 en San Martín, para después vincularlo a la parte cualitativa de la encuesta”, explicó la antropóloga, que agregó que para el trabajo de campo también tuvieron que hacer un trabajo estratégico previo. “Pegamos carteles en todo La Rana y alrededores, avisando que un equipo de encuestadores de la UNSAM visitaría el barrio. Y si bien hubo resistencias, pudimos hacer las 160 encuestas previstas. Algunos vecinos nos recibieron muy bien, interesados y deseosos de poder brindar esta información; otros, en cambio, no querían abrirnos la puerta, desconfiaban… A medida que nos íbamos acercando a La Rana, el número de víctimas de violencia aumentaba”.

De acuerdo con los datos arrojados por la encuesta, casi todas las personas consultadas fueron víctimas de algún tipo de violencia, con altas tasas de homicidio entre gente conocida. “Algunas de las cosas que surgieron de esta investigación, y que fueron destacadas por Zaffaroni en la presentación del informe en noviembre, es que siguen siendo relevantes los homicidios entre personas que se conocen.”

Según el informe final elaborado por la Defensoría en base al trabajo realizado en cada una de las jurisdicciones, los homicidios constituyen la expresión máxima de la violencia en una sociedad y sólo desde el análisis del contexto en que se producen es posible aplicar políticas públicas para prevenirlas. En este sentido, según Ojeda, este trabajo sienta las bases para pensar la problemática de la criminalidad con base en datos empíricos. “El informe de la Defensoría abarca los mismos puntos de la encuesta y es un diagnóstico y una herramienta valiosa para la gestión de políticas públicas efectivas”, concluye Ojeda, que ya está trabajando en la elaboración de un nuevo proyecto de desarrollo tecnológico y social (seleccionado por el CIN en la etapa de IP), titulado “Transición a la libertad mediante la inclusión social. Fortalecimiento de los procesos de recuperación de la libertad mediante políticas inclusivas en el área metropolitana de la Provincia de Buenos Aires”.

Natalia Ojeda II

El equipo de encuestadores estuvo integrado por: Mario Cruz, Claudio Barrios, Jesús Cabral, Fernando Escobar, Waldemar Cubillas, Pablo Palmisano, Pablo Tolosa, Luis Ángel y Marcelo Gudiño.

El informe final se  presentó el 11 de noviembre en la Universidad Nacional de La Plata. En dicho acto, el doctor Eugenio Raúl Zaffaroni disertó acerca de la problemática de homicidios dolosos a nivel internacional. Señaló que la gran mayoría ocurre en países de África, América Latina y el Caribe e hizo hincapié en las altas tasas de violencia registradas en países como Honduras y ciudades como Salvador de Bahía, en Brasil, en donde en promedio se registran 80 homicidios cada 100.000 habitantes. “Estamos viviendo una etapa de altos niveles de violencia. Como dijo el Papa, estamos atravesando una tercera guerra mundial, un genocidio por goteo, por acción u omisión de los Estados”. Y agregó que no se reducirá la violencia ni los muertos si no se encaran los cuatro problemas que considera fundamentales: los efectos con la prohibición de la cocaína; los medios masivos de comunicación concentrados; las políticas de gestión orientadas a la formación y acción de nuestras policías; y la proliferación de armas de fuego en nuestra sociedad.

Nota actualizada el 2 de diciembre de 2014

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