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Arie Kacowicz: “El Estado hizo una gran inversión en sectores que estaban marginados”

Invitado por la Escuela de Política y Gobierno, el profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalem dio clases en la Maestría en Políticas Públicas y Gerenciamiento del Desarrollo. Además, presentó su último libro en la UNSAM.

Por Daniela Barrera | Fotos Pablo Carrera Osser

Arie Kacowicz es porteño, amigable y espontáneo; estudió la secundaria en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini y se autodefine como un “traga”. Hizo un año en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y después 14 meses de servicio militar. En junio del 79 se fue a estudiar a Israel, donde obtuvo sus dos primeros títulos de grado. Conoció a su actual mujer y partieron juntos a los Estados Unidos; hizo su Doctorado en Princeton. A partir de allí se le abrieron las puertas de la Universidad Hebrea de Jerusalem, donde hasta hoy continúa dando clases. En Israel también estuvo en el Ejército, dos años durante la guerra del Líbano, pero no participó en combate. De ahí en más, su área fue definitivamente la académica. “Treinta años más tarde sigo haciendo lo mismo: hablar, escribir, guitarrear”, bromea con su característico sentido del humor.

El profesor argentino emigrado a Israel participó por primera vez en septiembre de este año en la Maestría en Políticas Públicas y Gerenciamiento del Desarrollo, programa de la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad de Georgetown que ofrece doble titulación.

Escribió Peaceful Territorial Change (1994); Zones of Peace in the Third World: West Africa and South America in a Comparative Perspective (1998) y The Impact of Norms in International Society: The Latin American Experience, 1881-2001 (2005).

Hoy vive con ventanas blindadas en un barrio cerca de Belén y mientras Georgetown atravesaba el verano, él pasaba un mes en Buenos Aires dando el curso Globalization and Global Governance para alumnos de posgrado en la Escuela de Política y Gobierno.  A principio de septiembre presentó su cuarto libro Globalization and the Distribution of Wealth: The Latin American Experience, 1982-2008 (Cambridge University Press). “Hacer un libro no es una labor privada, individual, sino colectiva” dijo frente al aula repleta de estudiantes. El director de la Maestría en Políticas Públicas y Gerenciamiento del Desarrollo, Marcelo Cavarozzi, ofició de presentador y aportó comentarios sobre la publicación, mientras que los alumnos y el público general hicieron preguntas que enriquecieron muchísimo el debate. Ver fotos

Kacowicz también dio conferencias en distintas instituciones como la UBA, la Universidad Torcuato Di Tella, la UCA y la AMIA y fue entrevistado por distintos medios.

Sobre su último libro, cuenta que se propuso ver cuáles eran las posibles conexiones entre globalización y pobreza. Hace muchos años investiga América Latina como un laboratorio para jugar con sus ideas, desde un tema vinculado a su tesis de 1987 y especialmente a partir de un libro que publicó en el ´98 en el que estudió zonas de paz en el tercer mundo, regiones en las que prácticamente no ha habido guerras internacionales. Allí sobresalía el caso de América del Sur. En otra investigación trató de ver la formación de sociedades regionales que tienen valores normativos comunes y también apareció América Latina. Y así fue que buscó ahondar en la realidad de la región “más desigual del mundo”, según sostiene. En el último capítulo comparó América Latina con otras regiones del tercer mundo (Sur, Sudeste y Este Asiático, África, Medio Oriente) y finalmente tomó el caso argentino, ya que viene de visita cada año, e intentó ver en qué medida la globalización tenía que ver con la crisis que estalló en 2001.

– ¿Cómo abordó el análisis?

-Para entender cómo la globalización ha afectado la distribución de la riqueza uno tiene que ver el rol que ha jugado el Estado, los gobiernos nacionales que, de alguna forma, son como el queso en el sándwich. Las rebanadas de pan son la globalización, como un factor externo que viene de afuera, y la repercusión doméstica. De alguna forma, el eslabón del medio es el Estado.

– ¿Qué conclusiones obtuvo?

-América Latina, dentro del marco de la globalización, viene segunda después del Este Asiático, con un ingreso promedio de mil dólares por persona, y está más globalizada que el sur de Asia y África. En términos de riqueza per cápita, los países petroleros  del Medio Oriente son los más ricos. En cuanto al crecimiento económico, hay regiones del mundo que han crecido mucho, pero si consideramos los índices de desigualdad, América Latina tiene el más alto: 51%, mientras que dentro de las regiones del tercer mundo el índice es menor, la mayoría son pobres. África es la región más pobre seguida por el sur de Asia, el Este y América Latina. En los primeros años de la década del 2000, América Latina seguía siendo la región más desigual, pero no la más pobre.

-¿Producto de la globalización?

-Sí, por un lado puede ser producto de razones históricas también: desde la colonización española hasta la falta de reformas agrarias, sin las cuales la distribución de la riqueza es asimétrica. Países donde hay discriminación étnico-racial, de género también tienen mayor desigualdad. Y hay otras razones vinculadas al manejo la economía. Pero el problema en términos generales es la falta de crecimiento en la región.  Pero hay excepciones, por ejemplo Cuba ha hecho una revolución en términos de capital humano (educación, bienestar, etc).

¿Argentina va camino a una mayor equidad social?

-Según las estadísticas del libro, que abarca hasta 2008, hay una gran mejora a partir de 2002 – 2003 en cuanto a índices de reducción de pobreza y desigualdad. El problema es que no hay índices claros a nivel nacional, los que yo tomé son del Banco Mundial. Es indudable que el Estado ha hecho una gran inversión en sectores que estaban marginados y a la vez se benefició mucho de la exportación de agricultura. Viéndolo desde la distribución de la riqueza y el fortalecimiento del Estado, hay un repunte muy fuerte. Uno puede ser muy crítico, porque el modelo, que no sostiene el equilibrio, se está derrumbando; pero hay que decir los logros.

– ¿Cuál es su visión del tema de los fondos buitre?

-Es un caso que va más allá de la Argentina. Hay una minoría de acreedores que no aceptaron lo que en su momento (Néstor) Kirchner hizo en forma genial: renegociar la deuda soberana y lograr acuerdos. En este caso, Argentina sí tiene razón. Pero no es suficiente, hay que juzgarlo de forma sofisticada.

– ¿Qué opina sobre el conflicto en Medio Oriente?

– Hay una gran falta de información. Hay una guerra en la que Israel es Goliat y Palestina es David y una tendencia que no comprende las complejidades y presenta las cosas de manera muy simplista o estereotipada. Como israelí tengo también mis críticas por ejemplo hacia la falta de una resolución política en los últimos 45 años. Un pueblo que quiere ser Nación y Estado no puede tener control sobre otro pueblo, eso es una contradicción. Con cada incidente de violencia se ve una colonización de la opinión pública y la sociedad civil está siendo manipulada. Por eso pienso que la responsabilidad es mutua y la solución tiene que ser de los dos Estados.

 

Nota actualizada el 6 de octubre de 2014

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