Aníbal Pérez Liñán

Escuela de Política y Gobierno, Notas de tapa

“El equilibrio que logró la democratización en la región es sólido”

El politólogo argentino Aníbal Pérez Liñán está en la UNSAM invitado como profesor visitante de la Escuela de Política y Gobierno. Presentó su libro “Democracias y dictaduras en América Latina: surgimiento, superviviencia y caída” y dará un seminario de investigación el próximo 17 de julio. Influenciado por Guillermo O´Donnell, su obra analiza las democracias de los últimos 50 años.

Por Daniela Barrera | Comunicación EPyG. Fotos: Pablo Carrera Osser

Referente de la nueva ola de politólogos internacionalistas inaugurada con Guillermo O´Donnell, Aníbal Pérez-Liñán se destaca en el mundo académico internacional por su capacidad de mirar la región y especialmente la Argentina, su país de origen, desde un ángulo más amplio que el local.

Democracias y dictaduras en América Latina: surgimiento, superviviencia y caída es su segundo libro, producto de una ardua y extensa investigación que requirió la colaboración de unos 19 asistentes. Fue escrito en co-autoría con Scott Mainwaring y salió a la venta este año en edición de Cambridge University Press. En tanto, los autores buscan una editorial argentina para publicarlo en su versión en español.

Vuelve a la Argentina cada dos años. Vive en Estados Unidos desde 1994, cuando dejó su Buenos Aires natal para cursar su doctorado, que concluyó en 2002, en la prestigiosa Universidad de Notre Dame, donde dictaba clases el mismo O´Donnell a quien tributa hoy con su más reciente publicación. Hizo carrera desde entonces y hoy se desempeña como profesor de la Universidad de Pittsburgh. Arribó  a nuestro país para dar clases en el Doctorado en Ciencia Política e, invitado por la Escuela de Política y Gobierno, presentó su libro un día después de que la Selección Nacional de Fútbol entrara a la final de la Copa del Mundo. A pesar del momento, el aula estaba llena de estudiantes y profesores.

La pregunta central de este trabajo es por qué América Latina cambió tanto desde 1980. “A fines de los 70, el 85 % de los países de  la región eran dictaduras. Y en los 80, los académicos de la Ciencia Política creían que este proceso iba a ser tan frágil como los anteriores”, explica. “Entender por qué sobrevivieron esas democracias nos permite evitar volver a patrones de inestabilidad que correspondían al pasado: hoy en día no lo planteamos como un peligro posible, porque parece distante, pero hace tres décadas no era tan claro”.

¿Los procesos de democratización son un cambio permanente? ¿No hay condiciones que pudieran hacer pensar en la llegada de nuevas dictaduras?

-Hay tres factores que explican este cambio y lo hacen pensar como estable. El primero, una transformación de los actores políticos que revalorizaron la democracia como forma de gobierno como un fin en sí mismo: hasta los 80 la veían como un fin instrumental, un paso deseable para alcanzar objetivos. El segundo, la desradicalización de esos actores políticos: en los 60 tenían una visión acerca de las políticas públicas a seguir muy polarizada e intransigente y eso produjo situaciones insostenibles, porque no generaban espacio para negociar. El último factor clave son las influencias regionales: la transformación progresiva de varios países impulsa el cambio en otros de la región y lo hace más sostenible. La transformación regional se sostiene porque el equilibrio que logró la democratización es sólido.

María Matilde Ollier y Aníbal Pérez Liñán

¿Cómo ve la cuestión del liderazgo en Argentina?

-Con preocupación pero con optimismo. Me parece que hoy Argentina tiene una gran ventaja comparada con muchos otros países  y es que el liderazgo político se renueva en forma regular, lo que permite ajustar el modelo y la estrategia de gobierno con cierta regularidad. Aún cuando el peronismo gana las elecciones de manera recurrente, los liderazgos que hemos visto en el partido en los últimos 30 años han sido distintos, con grandes cambios y con políticas públicas muy diferentes. Esta renovación de los liderazgos y los partidos me parece fundamental: si no se diera, la democracia estaría en una crisis muy seria.

¿Cómo cree que será tal renovación a partir de las elecciones de 2015?

-Será interesante: un tipo de renovación que permite que los cuadros superiores salgan del gobierno y llegue otra generación. Al mismo tiempo, los cuadros intermedios no son completamente nuevos, sino que tienen experiencia partidaria y gobiernan a niveles subnacionales y podrán llegar al poder nacional. En muchos otros países no existen los cuadros renovados y con experiencia al mismo tiempo, de esa manera la democracia se desgasta muy rápido, porque mientras la economía funciona bien, la gente está dispuesta a aceptar la continuidad del que gobierna pero, cuando no, empieza a fracasar y la gente se cansa. El peligro es la renovación abrupta, como ocurrió en Perú a principios de los 90 y en Venezuela a fines de la misma década. Llega al poder un grupo de personas sin experiencia política previa y sin poder de negociación, lo cual tiende a crear una crisis importante. Todo esto no quita que en Argentina no haya que modificar muchas cuestiones en la manera de hacer política. Aunque el marco institucional general es favorable, esta renovación no se termina de producir.

-¿Cuáles serían esas modificaciones necesarias?

-El modelo confrontacional, que políticamente funcionó muy bien para este Gobierno en los últimos diez años, tiene que cambiar. La efectividad política de esa estrategia ya se desgastó.  Y para que la oposición no quede solamente en una postura crítica y sin tener propuestas, necesitamos una forma de gobierno que integre más gobierno y oposición, formando acuerdos de largo plazo. Lamentablemente, en el modelo de política provincial y a su vez el municipal que aprenden los líderes, la oposición no tiene ningún rol ni en municipios ni en provincias. Se necesita desarrollar uno más parlamentario.

¿Cree que el proceso de cambio va a tomar esa dirección?

-No, no veo señales. Sí creo que hay una demanda de la sociedad y un deseo de algunos sectores políticos que lo ven como un ideal, pero no veo ningún proyecto político que piense en esta alternativa como algo viable. El modelo de construcción de poder sigue siendo muy clásico, centrado en el Ejecutivo y en el uso discrecional que hace de los recursos públicos en todos los niveles para construir una red de apoyo político.

¿Qué opina de la situación que estamos atravesando con los fondos buitres?

-El problema que confronta Argentina ahora con esta cuestión es una consecuencia desafortunada pero previsible de la estrategia de default y de renegociación de la deuda. El hecho de que se hayan tomado esas decisiones, con muy buenos motivos, en un momento histórico, tiene un sentido muy claro; la opinión pública lo respaldó, la clase política se alineó alrededor de ese modelo y la Argentina creció a tasas muy altas a partir de esa decisión. No me parece una buena estrategia plantear el problema como un ataque a la nación, porque eso no aborda la cuestión de fondo, que es que cuando uno toma decisiones que tendrán consecuencias a largo plazo tiene que estar preparado para enfrentar los efectos. Por eso es importante la integración: la clase política tiene que prepararse en conjunto para afrontarlo.

Actividad en la UNSAM

La presentación del libro del 10 de julio contó con la participación de los investigadores Carlos Gervasoni, de la Universidad Torcuato Di Tella, y María Matilde Ollier y Lucas González, de la EPyG-UNSAM. El próximo jueves 17, Pérez-Liñán brindará un seminario de investigación abierto a toda la comunidad con el objetivo de conectar a estudiantes e investigadores locales con la experiencia que atravesó en la producción de su libro.  Este tipo de encuentros se proponen como oportunidades para debatir y discutir los resultados obtenidos con los protagonistas de la agenda investigativa actual. Será de 14.30 a 16.30 hs. en Paraná 145, 3º piso, aula 9, C.A.B.A. Se recomienda lectura previa de la ponencia. Más información

Nota actualizada el 15 de julio de 2014

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